Bono social

Comparación con otros países de Europa



Bono Social

Comparación con otros países europeos

    En España, por ejemplo, el beneficio del bono social se ha ejecutado sin haberse establecido un origen en la renta familiar mínima que, la propia Administración considera necesaria para asegurar que este mecanismo se articule en el marco de una política social tanto justa como solidaria.

Si bien la cantidad que en un principio se bonificaba por el bono social era de escasa relevancia, está presentando una importancia creciente, en la medida en que los costos de la electricidad para los consumidores domésticos han sufrido específicos incrementos de precio.

    En Gran Bretaña, donde ya no hay tarifas integrales y por eso, todos los consumidores van al mercado liberalizado, las empresas, conjuntamente con la Administración, escrutan sistemas variados de apoyos para aquellos clientes que se encuentran en condiciones desfavorecidas (ya sea con ayudas directas al consumo, subsidios a la eficiencia energética, como por ejemplo iluminación o también aislamiento, entre otros.). Estos sistemas se enmarcan bajo el concepto “fuel poverty” o “pobreza energética” según la traducción que la da la Directiva, y es aplicable a todos aquellos consumidores que tributan más del 10 por ciento de su renta al consumo energético (ya sea gas o electricidad).



Otros países

    En Italia podemos encontrar una disposición similar para los consumidores del servicio de electricidad, dicha medida se puso en marcha a mediados de 2008 (tuvo un carácter retroactivo a la fecha del 01/01/2008) y para los consumidores del servicio de gas, la disposición comenzó a aplicarse en 2009, (también con un carácter retroactivo a partir del 01/01/2009). Las características principales del bono social en Italia son:

 

    El cliente o beneficiario está en la obligación de comprobar ante el Ayuntamiento que llena los requisitos para disfrutar del bono compensatorio anual referente a los pagos eléctricos (su indicador de situación económica equivalente (siglas ISEE) debe ser inferior a 7.500 euros al año y contrato debe constar que es menos de 3 kW). Una vez hecho esto, el Ayuntamiento se encargará de comunicar al Distribuidor quiénes son los clientes que tiene derecho a dicha compensación.

 

    El bono social va incluido en la factura del servicio eléctrico, esta sigue reflejando los pagos normales (la misma no exime la señal económica del precio de la electricidad). El ahorro puede llegar a ser hasta del 20 por ciento de la factura.

 

    Si la situación económica del cliente cambia y este no lo comunica, le puede ser eliminado el bono compensatorio y ser además penado con un recargo del 20 por ciento. Es importante destacar que, el derecho a la compensación del bono social debe ser renovado cada 12 meses.

 

    El precio de la compensación para los clientes considerados vulnerables es cubierto a través de un recargo al resto de clientes.
    En Portugal tenemos que, los consumidores considerados económicamente vulnerables son proporcionados por el comercializador de último recurso a un precio regulado, a través del regulador nacional ERSE, son considerados consumidores económicamente vulnerables los que gocen del derecho a alguna de las subsiguientes prestaciones sociales: pensión social por invalidez, subsidio social por desempleo, renta social de inserción, familia numerosa de primera categoría y complemento solidario para personas de avanzada edad. Es un descuento que se realiza en la factura, el cual es aplicado exclusivamente para los contratos de suministro del servicio electricidad y también de gas natural en viviendas, de uso habitual y con unos límites (en el caso del servicio eléctrico, la potencia contratada debe ser de hasta 4,6 kW, y en el caso del gas de un consumo anualizado debe ser de hasta 500 m3). Los comercializadores apegadas al régimen de mercado también están en la obligación de realizar un descuento, el cual es fijado por el Gobierno a las agrupaciones que han sido mencionados anteriormente, mediante lo que se conoce como ASECE, el cual es: Apoyo Social Extraordinario al Consumidor de Energía.
    En Francia, a partir del mes de marzo de 2012, se comenzó a aplicar de forma automática las conocidas tarifas sociales o también llamada Tarifa de Primera Necesidad para el suministro del servicio eléctrico, y la Tarifa Especial de Solidaridad destinada al servicio de suministro de gas natural. Estas dos tarifas se aplican para la vivienda principal y la Tarifa Especial de Solidaridad también es aplicada en edificios residenciales que cuentan con calefacción central de gas natural. Los consumidores con cuentan con el derecho a estas tarifas, son aquellos con situación económica precaria es reconocida por la Administración y por lo tanto, se benefician con ayudas especiales, con un límite tope de renta que es función del número de personas hay en el hogar. Tomando en cuenta los datos publicados por el regulador CRE, la situación para el mayo de 2013 era la siguiente:

 

    En cuanto al suministro del servicio electricidad se aplicaba un descuento en los primeros 100 kWh al mes, tomando en cuenta número de personas que habitaban en el hogar, y llegando a un tope anual entre 71 y 140 euros al año, dependiendo del caso.

 

    En cuanto al suministro del servicio de gas natural se comenzó a aplicar un descuento fijo, tomando en cuenta el número de personas en el hogar y el trecho de consumo anual, entre 22 y 156 euros al año. Para inmuebles que cuentan con calefacción central el beneficiario de la Tarifa Especial de Solidaridad percibe un cheque individual de unos 119 euros al año, cuando se da el caso de que habita más de una persona en la vivienda.